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¿Dónde está mi trabajo? Lo que la pandemia se llevó

21 de octubre de 2020

 

Cómo decía un conocidísimo anuncio de Coca cola del año 2007, “Para todos”, la pandemia ha cambiado de golpe el trabajo para todos. Para los jóvenes, para los que están en la mitad del sprint laboral y para los que ya no saben que nombre ponerles y viven en la fina línea de la prejubilación o la jubilación anticipada.

El edificio del empleo, ya bastante deteriorado en nuestro país, ha sufrido peores consecuencias. Sectores antisísmicos como el Turismo y la Hostelería, han quedado vaciados por la no presencialidad, una mala gestión sanitaria y un comportamiento, no siempre excelente como ciudadanos (no hay que echar siempre balones fuera).

Pero no nos engañemos, ya sabíamos desde hace tiempo que todos los trabajos estaban tocados por la digitalización y los procesos de automatización. Para resistir, tenemos que construir un trabajo flexible, no encorsetado a un estatuto de los trabajadores como más polvo que los bares cerrados desde marzo.

 

Para los jóvenes

 

Por fin este año hemos ganado a Grecia en la tasa de desempleo de nuestros jóvenes. El 41,7% de la juventud española no tienen trabajo.

El entrenamiento para quedar los primeros en el ranking ha consistido, en una dieta repleta de planes de estudios obsoletos y que no maridan con un mercado de trabajo, que demanda un talento que las universidades no surten. Otro de los motivos es una mentalidad de los padres y la sociedad en general, que asocia la Formación Profesional a bailar con el más feo o la más fea. Pese a la demanda creciente del mercado laboral de más titulados en Formación Profesional, los españoles no dejan de tener una visión no demasiado positiva sobre esta opción académica para los jóvenes. Año tras año salen múltiples informes sobre las posiciones más demandadas y todas llevan el apellido digital y da igual que seas de ciencias o de letras, antiguas dicotomías que el presente mundo laboral no entiende. Se necesita TALENTO, con mayúsculas, con habilidades y competencias digitales por encima de los conocimientos que se presuponen y se quedan rápidamente obsoletos. La curiosidad y el aprendizaje constante serán la seña de identidad de los profesionales con éxito en mercados de mucha incertidumbre.

La pandemia ha estrechado todavía más las puertas del mercado de trabajo a los jóvenes. Y la nueva regulación del Teletrabajo todavía va a hacer más daño a este colectivo, no sólo porque les priva de su ansiada flexibilidad, sino porque bajo esta modalidad solo cabrá un acuerdo de trabajo a distancia de un porcentaje del 50% como mínimo de prestación de servicios presencial. Como siempre la ley está muy alejada del funcionamiento real de los nuevos escenarios laborales y no personaliza entre trabajos relacionados con servicios, con otros cuya presencialidad es inherente al propio desarrollo del mismo.

 

Para los que están en la mitad de su carrera profesional

 

Este colectivo es cada vez más estrecho, lo podemos definir como los que llevan trabajando más o menos 20 años. Pertenecientes a una generación de esfuerzo, resignada, obediente y acostumbrada a no hacer muchos cambios, no vaya a ser que parezca que tienen poco compromiso. Es una generación que se ha adaptado de forma más o menos rápida a la tecnología, a trabajar en la nube, pero, sobre todo, a trabajar sin rechistar, y ahora menos, que, aunque sea injusto, la posibilidad de ser despedido se expande más que el virus, y no entiende de género, sí de edad.

Cuidado con salir despedido del mercado de trabajo con más de 45 años y sin haber estado nunca activo en la búsqueda de empleo, las posibilidades de volver a la galaxia cada vez más convulsa, será como una lotería. Algunos datos que tienen que servir para dejar de lamentarse y espabilar, precioso verbo que significa, sacudirse la pereza, apresurarse, darse prisa en la realización de algo. La digitalización y nuestro consumo, cada vez más digital, han desteñido todos los sectores, la banca, la automoción, la industria, se llevan los grandes titulares de los despidos masivos. “Indra empieza a negociar su ERE”, “Cuatro proveedores de Nissan presentan EREs”, “La banca prepara un 2021 récord en despidos”.

¿A qué estás esperando para activar tu empleabilidad?

 

Para los que están en el horizonte del desempleo por la edad 

 

Para estos, solo un consejo, ponte ya a crear la propuesta de valor diferencial porque te va a tocar emprender en un mundo de tiburones millenials y otras especies. La propuesta de valor, lo que vayas a ofrecer al mercado tiene que reunir dos características: que sea muy demandando y que tenga pocos competidores. Tu empleabilidad será exponencial cuando te anticipas a lo que no se le ocurrió pedir a nadie. Una acción de Netflix vale un 25 % más que la de ExxonMobil, la empresa de energía más grande del mundo. Las empresas que están generando trabajo ya han cambiado y tenemos que adaptarnos.

Tienes que trabajar desde YA, tu perfil digital, tus contactos y saber adaptar toda la experiencia de los años acumulada, a un escenario que cambia constantemente. Tesla, el innovador fabricante de coches eléctricos fundado en 2010 alcanzó un valor de mercado superior al de Toyota y Volkswagen combinados. El mundo ya había cambiado y no quisimos verlo.

Para todos, vamos a tener que acostumbrarnos a 4 cosas muy simples:

  1. Cambiar de empresa, de sector y de funciones de manera frecuente, tanto si es de forma voluntaria como involuntaria. Esto sólo se puede hacer teniendo una gran dosis de Empleabilidad Sostenible, aquellos conocimientos y competencias que nos permiten en todo momento ser atractivos para las empresas.
  2. Generar una marca personal: no sólo se trata de ser bueno en el trabajo, sino de mostrar al mundo a través de las redes sociales todo lo que valemos, sino eres atractivo o creas una necesidad, no te van a contratar. Principios de marketing básicos que aplicamos a todo menos a nosotros mismos
  3. Emprender, tener la posibilidad de crear nuestro propio trabajo, y para eso no solo hacen falta ideas, sino muchas competencias digitales y quitarse los kilos de miedo, que, en las mujeres, cuesta más.
  4. Si estás en un ERTE piensa desde YA, que es posible que no vuelvas a tu trabajo y te tengas que reinventar, cambiar de sector y formarte en trabajos con alta demanda.

 

El 65% de las profesiones que se desarrollarán en 2030 aún no existen, según asegura el Foro Económico Mundial y tenemos la responsabilidad como sociedad, de investigar e implementar el trabajo del futuro.

Para todos, el trabajo no se crea ni se destruye, sólo se transforma.

 

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