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Ciberseguridad: un gran reto para España

9 de diciembre de 2020

 

El avance de la digitalización de la sociedad es un hecho más que constatado. Es un proceso imparable que nos afecta a todos: ciudadanos, empresas y Administraciones Públicas.

La especial situación sanitaria que hemos vivido los últimos meses y que, desagraciadamente, nos sigue afectando, no ha hecho más que acelerar el proceso de adaptación de la sociedad a la utilización masiva de la tecnología y la inmersión en la transformación digital de trabajos, trámites, comunicaciones, relaciones personales, etc. El auge imparable del teletrabajo, la tele-educación, el tele-diagnóstico, la tele-asistencia y todas las gestiones administrativas por Internet; son claros ejemplos de cómo nos hemos tenido que adaptar a la digitalización de forma acelerada.

Todos estos cambios suponen, por su magnitud y por la velocidad a la que se producen, importantes retos a los que debemos hacer frente como individuos y como sociedad.

Entre estos retos, uno de los más importantes es el relacionado con la seguridad, una cuestión que tenemos perfectamente definida en el entorno físico, pero que cuando nos movemos al entorno digital y empezamos a utilizar el término ciberseguridad, parece difuminarse. Es por ello que, junto con la concienciación de los usuarios, resulta imprescindible el desarrollo de un entorno digital confiable, poniendo en marcha, para ello, las herramientas necesarias, tanto a nivel técnico como normativo, que nos garanticen un entorno seguro para el desarrollo de actividades y la provisión de servicios.

 

«La digitalización no puede entenderse y no llegará a ser completa
su adopción por la sociedad sin la generación de un entorno de confianza

 

Éste es un aspecto clave para el desarrollo del comercio electrónico, de los trámites administrativos y, por supuesto, de todo lo relacionado con datos especialmente sensibles, como son los relativos a la salud, a la intimidad del individuo y a todo lo relativo a la propiedad industrial y los secretos empresariales.

Junto a estos aspectos, es especialmente relevante la ciberseguridad asociada a las infraestructuras clave del país, o al ámbito relacionado con el ciberterrorismo y la ciberdelincuencia, amenazas crecientes en el actual entorno digital.

Sin embargo, este gran desafío al que nos enfrentamos a la hora de generar un entorno digital seguro trae consigo también una gran oportunidad para España y, por ende, para las empresas españolas.

Como país, debemos ser capaces de impulsar la generación de una industria sólida en materia de ciberseguridad y ciberdefensa, con el objetivo de liderar estos procesos, estos productos y servicios a nivel europeo y poder competir en los mercados internacionales. Para ello, es preciso desarrollar programas específicos, siempre en el marco de la colaboración público-privada, atendiendo a la especial idiosincrasia del tejido empresarial español, compuesto, fundamentalmente, por Pymes, micropymes y autónomos.

España cuenta con un buen punto de partida en este sentido, siendo notables los esfuerzos que se están llevando a cabo, tanto desde el sector público como privado, por mantener una permanente actualización en materia de ciberseguridad. Para ello, se han habilitado normativas, se han creado espacios de colaboración y se están desarrollando nuevas formas de defensa ante el continuo avance y sofisticación de los ataques. La compartición de buenas prácticas y la colaboración en el desarrollo de estrategias conjuntas es fundamental en este ámbito.

Es precisamente en esa capacidad de actualización y colaboración donde reside la clave. La evolución de las tecnologías es imparable y se produce a una velocidad cada vez más vertiginosa. Hablamos, por ejemplo, de los avances en las aplicaciones de Inteligencia Artificial, el desarrollo de nuevos dispositivos y maneras de conexión, nuevas formas de organización del trabajo (teletrabajo), avances en la capacidad de computación (computación cuántica), etc. Todo ello nos plantea, al mismo tiempo, el problema y la solución a el futuro incierto hacia el que nos movemos.

 

«El reto al que se enfrenta la ciberseguridad es el de ser capaces de aplicar
todas estas tecnologías para anticipar y combatir los ataques.»

 

Uno de los últimos pasos que se han dado en España en esta línea ha sido la propuesta de la candidatura de la ciudad de León para albergar la sede del Centro Europeo de Competencia Industrial, Tecnológica y de Investigación en Ciberseguridad. Esto supone un paso al frente de nuestro país para situarnos, tanto desde el ámbito institucional como del de nuestro tejido productivo, como referente internacional.

Son muchas las características que hacen de León la capital española de la ciberseguridad. Una ubicación inmejorable para el emplazamiento de este Centro Europeo gracias al ecosistema de ciberseguridad que se ha ido construyendo desde hace años con la localización de agentes especialmente relevantes en el sector. Muestra de ello es que el 20% de los laboratorios españoles de ciberseguridad industrial se encuentran localizados en esta ciudad, así como instituciones de especial relevancia en este ámbito, como el Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE), el Instituto de Biotecnología y el Centro de Supercomputación de Castilla y León. Además, el emplazamiento cuenta con unos 2000 m2 de unas instalaciones envidiables, disponibles para su utilización desde enero de 2021.

Estas instalaciones cuentan, también, con unos altos estándares técnicos en términos de redes de almacenamiento de datos, telecomunicaciones de alto rendimiento y seguridad informática.

Otro hecho que resulta importante destacar, a nivel país, es que España es el primer Estado Miembro de la UE con 54 CERTS (Equipo de Respuesta ante Emergencias Informáticas), el número más alto de un Estado miembro, según ENISA, siendo, además, líderes en pruebas piloto de 5G, implementadas por empresas europeas.

Junto a ello, León dispone de unas excelentes comunicaciones, con conexiones rápidas por carretera, ferrocarril y transporte aéreo, algo que, sin duda, es un valor añadido para la candidatura.

Por tanto, podemos afirmar sin miedo a equivocarnos, que León es una propuesta de primer nivel que cuenta con el respaldo institucional y con todo el apoyo de las organizaciones empresariales, cuya apuesta por la investigación, la innovación y la transformación digital es, a día de hoy, incuestionable. Esperemos que, en este caso, el aval técnico y logístico de esta candidatura sea suficiente para atraer este preciado centro a nuestro país.

 

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