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17 Competencias clave de una líder de alto rendimiento

Alcanzar la máxima productividad es el principal objetivo de cualquier empresa. Para lograrlo, generar beneficios y provocar un impacto positivo en la sociedad son necesarios varios elementos. Existen ciertas competencias clave que deben tener presentes todos los integrantes de las organizaciones, tanto hard skills como soft skills.

Pero estas competencias esenciales en la empresa no son nada si no van acompañadas de otras: las competencias clave de una líder. Por suerte, existe una tendencia cada vez más sólida de ofrecer formación, a través de programas de liderazgo femenino, para desarrollar estas competencias y dotar a empresas competitivas de líderes de referencia en la diversidad que conformen los cuerpos directivos del futuro.

 

Competencias clave presentes en un buen liderazgo

 

1.- Desarrollar personas: Liderar es, en gran parte, lograr que las personas a tu cargo sean mejores en todos los aspectos —no solo los laborales—. Hacerlas crecer, saber cuándo y cómo delegar responsabilidades, reconocer los logros y encauzar situaciones positivas para ellas fuera y dentro de la oficina es una competencia clave primordial.

 

2.- Gestionar el cambio: Una líder competente sabe ver los cambios que son necesarios en cada momento; y es capaz de favorecerlos, generarlos y acompañar en el proceso.

 

3.- Dirigir y coordinar: Aunque no es un obstáculo, el carisma no es lo único que hace a una buena líder. Es la capacidad para organizar, coordinar y orientar equipos humanos en tareas más o menos complejas; dotándolas de límites claros y objetivos realistas medibles.

 

4.- Orientar hacia los resultados: Fijar la meta de manera clara de antemano y dirigir todos los esfuerzos hacia su consecución es otra de las competencias clave imprescindible de una líder.

 

5.- Generar impacto e influencia: Adaptarse al interlocutor, crear un cauce comunicativo persuasivo sin dominar e influir de manera positiva en los demás.

 

6.- Tomar decisiones: En el momento apropiado, sin dudas y apoyándose en información sólida y de calidad. Si hay una competencia clave en una buena líder que destaca sobre otras es su capacidad para decidir en situaciones delicadas, cuando nadie más quiere o puede hacerlo.

 

7.- Planificar y organizar: Una de las competencias principales en la empresa que pasa desapercibida, pero que más se echa en falta cuando no está es la capacidad para controlar, categorizar y gestionar racionalmente los recursos —materiales, humanos y en tiempo— que se necesitan.

 

8.- Tener visión estratégica: La capacidad de planificación no sería útil si una líder no hace uso de otra competencia clave: su visión de conjunto y largo plazo. Todas las acciones en la empresa tienen que ser coherentes con una big picture que debe orientar sus estrategias.

 

9.- Decidir: Cuando existen conflictos, situaciones tensas o varias opciones disponibles, una líder debe hacer valer otra de sus competencias destacadas: tomar decisiones con firmeza y confianza.

 

10.- Comunicar con asertividad: Ya que no hay liderazgo eficiente sin una comunicación apoyada en la confianza, la transparencia emocional y la empatía.

 

11.- Analizar problemas: Una de las competencias clave de una líder más valoradas es su capacidad para analizar con eficacia la raíz de un problema, así como las vías y recursos necesarios para su solución.

 

12.- Tener solidez psicológica: Porque una líder es la referencia para todos los demás. No puede venirse abajo con los reveses o en los momentos de crisis.

 

13.- Ser creativa: Apostar por soluciones o estrategias innovadoras es una de las competencias clave que se esperan de toda líder de referencia quien, además, inspirará de este modo a sus equipos.

 

14.- Encontrar modelos de negocio: Mientras los demás se ocupan de «generar» a través de su trabajo, la labor de una líder es «buscar» oportunidades donde nadie más las ve.

 

15.- Aprender rápido: O, lo que es lo mismo, adaptarse con velocidad a cambios y situaciones fluidas; una competencia clave en el liderazgo es saber qué hacer cuando nadie sabe qué hacer.

 

16.- Ser coherente: Es decir, mantener una línea clara que separe lo importante y lo secundario y actuar en consecuencia con esa diferenciación.

 

17.- Dar, además de pedir: Una competencia clave que no debe descuidarse es la del equilibrio entre lo que se exige a los demás y lo que puede darse de manera desinteresada.

 

 

El Líder en el Ecosistema Laboral Global

Este verano en una conversación entre amigos, los cuales nos dedicamos a mejorar las Organizaciones desde el desarrollo de las personas. Nos hacíamos la pregunta; ¿qué responsabilidad estaba siendo la más difícil implementar en estos últimos años? y tuvimos una misma opinión, era la de “Liderar”.

Sin entrar en definiciones sobre que es el liderazgo. Ni tampoco, en los estilos o teorías de las cuales hay bastante documentación. Centramos nuestra conversación en cómo estaban cambiando las Organizaciones y en consecuencia la adaptación de las personas a los nuevos líderes.

Tuvimos en cuenta, como primer ingrediente causante de esta dificultad, “los entornos cambiantes” que estamos viviendo y quizás se ven reflejado en los entornos BANI. Jamais Cascio y su acrónimo BANI, es un término compuesto por las iniciales de las palabras inglesas Brittle (frágil), Anxious (que genera ansiedad), Non-linear (no lineal) e Incomprehensible (incomprensible) define las características de como son los entornos actuales, post covid.

A esta situación, que afecta al entorno del ecosistema laboral, le pusimos otro ingrediente en nuestro dialogo. Que fue las características de las personas que confluyen en las Organizaciones. Donde la variedad generacional, de culturas, de perfiles profesionales, de género y de motivaciones…está siendo el ADN de ellas. En el siglo XX esta variedad era más tendencia de empresas multinacionales. En este siglo XXI, ya es común a todo el colectivo de empresas, independientemente de su tamaño, de donde se encuentren localizados, del colectivo o del sector al cual vaya dirigido su Negocio.

Este escenario global y cambiante, implica que el rol del liderar personas sea un aprendizaje continuo. Donde ya no vale el “café para todos/as”. Las conductas que nos sirven para liderar hoy mañana están obsoletas. Las acciones que hacen motivar a un departamento, en otro departamento, aun siendo la misma Organización, no motivan, incluso pueden desmotivar.

Todas estas circunstancias hacen que aquel profesional que tiene responsabilidad sobre personas debe de estar más preparado que hace una década. Esta distinción hace que, aun teniendo muchos años de experiencia cualitativa (de calidad) o cuantitativa (número de años) con éxito, no nos garantiza liderar con garantías en este nuevo ecosistema laboral. El resultado está influido por la incertidumbre, por el constante cambio del entorno y en las características socio demográficas de las personas que ocupamos los puestos.

No existe por tanto un axioma de las conductas del líder. Aunque llegamos a un acuerdo en lo que ayuda a mejorar el éxito de un líder; sería el compartir experiencias con otros lideres (#ecosistemas laborales). El flexibilizar la toma de soluciones. La empatía y respeto con los colaboradores inter e intradepartamentales. Promover la autonomía en las funciones y responsabilidades de los compañeros del equipo. La necesidad de tener una escucha activa para tener diferentes puntos de vista y opiniones, pudiendo generar un pensamiento más estratégico basado en la globalidad. La necesidad de contar con datos analizados que se aplique para que el Negocio vaya dirigido a las necesidades de los clientes internos y externos.

En definitiva, fue una conversación entre amigos, donde no encontramos una formula exacta, pero si ingredientes” que suman y multiplican para mejorar el rol del líder actual y que he querido compartir .