Blog

La gestión empresarial de la crisis C-19, supervivencia y adaptación

4 de agosto de 2020

«Se mide la inteligencia de un individuo por la cantidad de incertidumbre que es capaz de soportar» Kant

 

Cuando Bill Gates afirmó en el año 2015, en una conferencia TED (Technology, Entertainment, Design), que «puede que exista un virus con el que las personas se sientan lo suficientemente bien mientras están infectadas para subirse a un avión o ir al supermercado y eso haría que se extienda por todo el mundo de manera muy rápida», su vaticinio pasó inadvertido, como una expresión fatalista más de las muchas que escuchamos de visionarios neófitos en materia científica o en películas catastrofistas.

Cinco años después, el mundo se encuentra inmerso en una situación pandémica provocada, precisamente, por un virus, el coronavirus SARS-CoV-2, denominado Covid-19 por la OMS, que ha llegado para confinar en nuestros hogares a medio planeta.

Y aunque la salud ocupe el primer lugar en el orden de prioridades del ser humano, normalmente nos acordamos de ella cuando nos falta, y dependerá en gran medida, de la gestión que terceros lleven a cabo: organizaciones e instituciones internacionales, gobiernos y empresas, incluidas las Mutuas colaboradoras con la seguridad social.

Para los trabajadores, lo más cercano y tangible es la empresa, pública o privada, en la que prestan sus servicios, que es la responsable de velar por su salud y bienestar. Los recursos humanos con los que cuentan las empresas son el bien más preciado y el que exige más atención pero ¿lo habíamos tenido presente desde el ángulo humano y crematístico?.

En primer lugar, tendríamos que echar un vistazo a la existencia de protocolos de crisis –si los hubiera-, materializados en planes de contingencias en prevención y planes de comunicación ante las mismas, y como tratan un problema como este. Problema, que por anómalo no es imposible, ni mucho menos, nuevo…a lo largo de la historia han sido muchas las pandemias que han asolado la humanidad con millones de afectados: la peste negra, por pulgas y piojos en el siglo XIV; la viruela, que se expandió en el nuevo mundo y en el siglo XVIII en Europa, desfigurando e infectado a millones de personas; el sarampión, que hasta la invención de su vacuna causaba dos millones de muertes al año; la famosa gripe española, que en la I guerra mundial dejo 50 millones de fenecidos o más recientemente el VIH, con tasas altísimas de mortalidad, si no se trata a tiempo…

Creo que no resulta muy osado afirmar que la mayoría de las empresas que han planificado y documentado las previsiones de riesgos graves, y la forma de actuar ante los mismos, prioricen las situaciones que tienen su origen dentro de la organización, sobre las que llegan desde el exterior. Quizás el duro sector agrícola sería una excepción, tan pendiente siempre de las externas condiciones climatológicas.

Tras decretarse el estado de alarma y el consiguiente cierre temporal de una gran parte de los negocios (que muchos siguen sufriendo o temiendo), lo primero que habrán hecho los empresarios es calcular su liquidez financiera para abordar un indeterminado período carente de ingresos, con el ojo puesto en el pasivo circulante, deudas, pagos y obligaciones a corto plazo.

Normalmente, el cierre súbito de un negocio por causas ajenas a su propia actividad no se encuentra cubierto por una póliza de seguros (como sería el caso de un incendio o un derrumbamiento de su estructura arquitectónica), por lo que la pandemia ha pillado a muchas pymes y grandes empresas con el pie cambiado, sin apenas tiempo para reaccionar, ni mucho margen de maniobra, debido en gran parte al estado de su tesorería y a la coyuntura económica  previa, de por sí inmersa en una feroz volatilidad de la oferta, demanda y precios.

A raíz de esta pandemia, las empresas con solvencia financiera harían bien en proponerse destinar un porcentaje del volumen de su facturación anual a una partida para riesgos extraordinarios de esta naturaleza, y tener la liquidez necesaria para que un negocio pueda sobrevivir sin esperar ayudas externas; si bien parece difícil cuando escuchamos a algún experto asesor de nuestras pymes mutualistas comentar: «antes de esta crisis, muchos de mis clientes ya subsistían a duras penas, viviendo el ‘día a día’, con escasos beneficios y planteándose constantemente el cierre de sus negocios». Y esto es la puntilla…

En el barómetro de opinión de CEPYME del pasado mes de abril, un 63,09% de los autónomos y empresarios encuestados opinaban que esta crisis les está afectando “muy negativamente” y para un 32,84% “negativamente”. Dos de cada tres pequeños empresarios no alimentan unas perspectivas demasiado optimistas. Además, el 55% de las empresas que han optado por un ERTE, creen que no podrán mantener los empleos dentro de 6 meses. Con estos datos, más de medio millón de pymes corren el riesgo de desaparecer a corto plazo.

Además de esa posible capacidad de ahorro, está la capacidad de flexibilidad y diversificación de las empresas, otro aspecto a tener en cuenta en la gestión de esta crisis. Con el objetivo de mantener su presencia en el mercado, evitando la destrucción de puestos de trabajo, hemos sido testigos del giro que han dado algunas compañías, adaptando los procesos de producción y modificando la forma de ofrecer sus servicios a las necesidades del momento.

El caso más llamativo lo tenemos en el sector textil, en el que algunas empresas han pasado en tiempo récord de fabricar prendas de vestir o menaje del hogar, a producir con rapidez mascarillas quirúrgicas y batas hospitalarias. En el sector de bebidas alcohólicas, algunas destilerías que elaboran licores de alta graduación han sido eximidas por la Agencia Tributaria del pago del impuesto aplicado a su producción, para facilitar la elaboración de alcohol neutro, desinfectantes para uso sanitario y geles hidroalcohólicos.

Otros sectores, carpinterías, fabricantes de soportes publicitarios o empresas de artes gráficas han orientado su producción a la fabricación de mamparas anticontagio de metacrilato, un producto que ha disparado sus ventas. Ya nos vamos acostumbrando a ver estas mamparas por todas partes, en fábricas con operarios que trabajan físicamente con escasa distancia entre sí, en oficinas por idéntico motivo, restaurantes, bares, comercios, taxis o piscinas…
La disrupción fabril también ha llegado al sector de la automoción, en el que la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios ha dado autorización a una conocida marca española de turismos para que fabrique respiradores de emergencia, algo impensable si no hubiéramos vivido bajo una “economía de guerra”.

En el sector de la restauración, bares y restaurantes también se han visto obligados a reinventarse, cambiando menús y sirviendo comidas a domicilio, un nuevo modo de prestación de servicios que muchos de ellos jamás se habían planteado, ni siquiera en los peores momentos de la última crisis económica. El pequeño comercio, en muchos casos reacio a la venta online, ha adoptado el eCommerce no solo como una alternativa de urgencia a su inesperada y súbita pérdida de ingresos sino, también, como modelo con carácter de continuidad en el futuro, una vez superados los iniciales temores a esta nueva tendencia. «Obligado te veas», reza el dicho popular.

Esta breve casuística de diversificación en la producción de bienes y servicios y de flexibilidad para localizar la oportunidad en una coyuntura desconcertante, no es ni más ni menos que la aplicación de los principios darwinianos a la filosofía empresarial: sobreviven los que mejor se adaptan…y para otro posible artículo y reflexión, las dos siguientes características que han marcado la línea diferenciadora entre quienes están superando con mayor o menor esfuerzo estas condiciones tan adversas: digitalización y teletrabajo, puesto que nunca antes habíamos valorado tan alto el concepto de la transformación digital como en la actual crisis sanitaria global.

 

© 2020 Instituto Superior de Estudios Empresariales, S.A.U.
N.I.F. A80580186
Diego de León, 50, 28006 Madrid
Tel. 915 663 400 - ceoecampus@ceoecampus.es

Si continúas utilizando este sitio aceptas el uso de cookies. Más información

Los ajustes de cookies de esta web están configurados para «permitir cookies» y así ofrecerte la mejor experiencia de navegación posible. Si sigues utilizando esta web sin cambiar tus ajustes de cookies o haces clic en «Aceptar» estarás dando tu consentimiento a esto.

Cerrar